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Donald Trump desmanteló Radio Martí

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Durante cuatro décadas, una emisora de radio financiada por Estados Unidos provocó la furia del gobierno comunista de Cuba. El presidente Trump la desmanteló en cuestión de días.

Recientemente, un sábado, periodistas de Radio Martí, una emisora de noticias dirigida a Cuba y financiada por el gobierno estadounidense, estaban entrevistando a un activista cubano en Miami cuando sus rostros se tornaron preocupados. La agencia de noticias, con 40 años de existencia y creada para transmitir noticias sin censura en español hacia la isla, acababa de recibir la orden de cierre del gobierno de Donald Trump, según informaron por correo electrónico. La entrevista con el activista Ramón Saúl Sánchez, conocido por liderar flotillas de protesta hacia Cuba, fue cancelada de inmediato.

"Estaban bastante confundidos", relató Sánchez. "Nos dijeron: 'Creemos que nos han cerrado. Tenemos que irnos'".

El presidente Trump logró en un instante lo que los hermanos Castro de Cuba no pudieron hacer en cuatro décadas: apagó una emisora de noticias que había sido un dolor de cabeza constante para el régimen comunista.

Radio Martí pasó a ser el más reciente de una serie de programas y agencias del gobierno estadounidense que cayeron bajo los recortes masivos impulsados por Trump y su asesor, Elon Musk.


A lo largo de los años, la emisora había sido vista como una reliquia obsoleta de la Guerra Fría, considerada un derroche de recursos en el que figuras influyentes encontraban trabajos para sus familiares. Radio Martí gastaba decenas de millones de dólares al año produciendo lo que sus críticos llamaban discursos unilaterales y de corte conservador contra el gobierno cubano, y se vio envuelta repetidamente en escándalos de corrupción y errores periodísticos que fueron reportados por el Congreso.

Su canal de televisión, TV Martí, estaba tan bloqueado en la isla que se le conocía como "No se ve TV". Sin embargo, en los últimos años, una operación más ágil, con un equipo renovado bajo una nueva dirección, estaba logrando avances significativos en plataformas de redes sociales como Facebook y YouTube, según los datos de la agencia.

Tras los recortes presupuestarios del primer gobierno de Trump, que redujeron la plantilla y la financiación en un 40 por ciento, se contrató a periodistas y cineastas veteranos para renovar la redacción y adaptarla a la era digital. Con breves clips de video publicados en internet, Radio Martí comenzó a atraer a millones de lectores y espectadores cada año, justo cuando Cuba atravesaba una crisis económica sin precedentes, sufría apagones de varios días y experimentaba la mayor migración masiva de su historia.

Pero la gran pregunta sigue siendo: mientras Cuba reprime la disidencia, encarcela a sus ciudadanos por publicaciones críticas en Facebook y enfrenta el periodo más difícil en 66 años bajo el comunismo, ¿Radio Martí ha realizado su última transmisión?

“El sitio web fue bloqueado en Cuba. La señal de televisión fue bloqueada, la señal de radio está bloqueada”, dijo Abel Fernández, director de medios digitales y sociales de la emisora, quien perdió su empleo la semana pasada. “Pero la gente está llegando al contenido en las redes sociales. Lo que hacemos es importante y le importa a la gente”.

Mario Díaz-Balart, uno de los tres congresistas cubanoestadounidenses, aseguró a Telemundo que trabajará con Trump para restablecer Martí. Cuando se le preguntó si el secretario de Estado, Marco Rubio, quien también es cubanoestadounidense, apoyaba a la emisora, el Departamento de Estado declaró que el presidente fue elegido para tomar decisiones difíciles, y “la situación sigue siendo compleja y cambiante”.


Como senador estadounidense por Florida, Rubio formó parte de un grupo bipartidista de legisladores que firmaron una carta en 2022 exigiendo una “justificación completa” de los despidos previstos.

La Casa Blanca declinó las solicitudes de entrevista con Kari Lake, quien está supervisando el desmantelamiento de la Agencia de Estados Unidos para los Medios Globales (USAGM, por su sigla en inglés), que incluye a Radio Martí.

Mauricio Claver-Carone, asesor del presidente Trump para América Latina, dijo que cree que algún aspecto de Radio Martí podría salvarse. “Creo que se puede apreciar la importancia histórica de algo y el papel que desempeña y, al mismo tiempo, reconocer que necesita actualizarse para el mundo en que vivimos: ya no estamos en los años 80, ni en los 90, ni siquiera a principios de los 2000”, comentó. “Podemos verlo como el gran reinicio de Martí”.

Radio Martí fue creada por Ronald Reagan en 1983, en plena Guerra Fría, a instancias de un destacado dirigente exiliado cubanoestadounidense, Jorge Mas Canosa. Su objetivo era penetrar la censura de la isla, donde los medios de comunicación están férreamente controlados por el gobierno y los periodistas independientes suelen acabar en prisión o en el exilio.

Empezó a emitir en 1985, y más tarde amplió su presencia con televisión. Sin embargo, en 2019, una auditoría interna encargada por la USAGM declaró que producía “mal periodismo” y “propaganda ineficaz”. La auditoría se realizó meses después de que la emisión de un trabajo ampliamente criticado en el que se calificaba al filántropo multimillonario George Soros de “judío no creyente de moral flexible” provocara el despido de varios periodistas. Otro alto funcionario fue sorprendido declarando falsamente más de 35.000 dólares en gastos.


Los hermanos Castro detestaban la programación de Radio Martí, y se sabe que el expresidente Raúl Castro exigió su salida del aire. "El Gobierno de los Estados Unidos mantiene programas que son lesivos a la soberanía cubana, como los proyectos dirigidos a promover cambios en nuestro orden político, económico y social", dijo en 2015, después de que el presidente Obama normalizara las relaciones entre ambas naciones.

Cuando internet se masificó en Cuba, los críticos se preguntaron si la cadena Martí era siquiera necesaria. Sin embargo, Martí tenía una característica que lo diferenciaba de otras emisoras prodemocráticas, como Voz de América y Radio Free Europe: la dictadura a la que se enfrentaba sigue en el poder. “Radio Martí se diseñó para una época diferente, en los años 80, en la batalla de Reagan contra la Unión Soviética y el comunismo, pero la verdad es que Cuba nunca hizo la transición, y ahora vivimos en un mundo digital”, afirmó Ted Henken, profesor del Baruch College, que estudia el panorama de los medios en Cuba. “Martí ha tenido que reinventarse tres o cuatro veces”.

Tras varias reorganizaciones y escándalos, Henken indicó que la emisora, que visitó recientemente, parece más ágil y profesional. Desechó el canal de televisión y, aunque su presupuesto anual se fijó en 25 millones de dólares, gastaba solo 17 millones, según varios empleados que no estaban autorizados a hablar públicamente.

En los últimos dos años, las audiencias comenzaron a aumentar. Según Tubular Labs, una empresa de análisis de video, Martí ya ha duplicado su audiencia, con 14 millones de visitas en YouTube este año fiscal, y otros 84 millones en Facebook, donde tiene más de un millón de seguidores. Alrededor del 80% de su audiencia está en Cuba, indicaron los editores.


Mario J. Pentón, periodista cubano que se trasladó a Estados Unidos hace una década y comenzó a trabajar en Martí el año pasado, fue informado de que su contrato terminaría este mes. A pesar de la noticia, expresó su orgullo por el trabajo realizado, especialmente al informar al público sobre huracanes inminentes en momentos de cortes masivos de electricidad, que limitaban incluso la capacidad del gobierno cubano para emitir avisos de tormenta.

Martí ha ganado ocho premios Emmy. "Creo que tiene futuro porque su misión es más importante que nunca", dijo Pentón. “Cuba vive su peor crisis. En medio de esta crisis, esta debacle de apagón de información solo beneficia al régimen”.

Los principales editores de noticias de Martí dijeron que no estaban autorizados a hablar públicamente sobre los recortes del gobierno de Trump.

Lake, experiodista de televisión a quien Trump eligió como asesora especial de la USAGM, afirmó la semana pasada que la agencia estaba "podrida hasta la médula". En X, sugirió a los empleados que revisaran sus correos electrónicos.

Poco después, los empleados recibieron correos electrónicos notificándoles que estaban de baja administrativa remunerada hasta nuevo aviso, y luego sus cuentas de correo electrónico fueron bloqueadas. Los nuevos empleados en periodo de prueba ya habían recibido notificaciones de despido, y los periodistas contratados también fueron despedidos.

Aunque no dio ejemplos, Lake dijo en un comunicado de prensa que había descubierto “violaciones masivas de la seguridad nacional, incluidos espías y simpatizantes y/o partidarios del terrorismo infiltrados en la agencia”. Añadió que “el despilfarro, el fraude y el abuso proliferan en esta agencia y los contribuyentes estadounidenses no deberían tener que financiarlos”.