El Congreso de Ciudad de México aprobó, por abrumadora mayoría, la prohibición de las corridas de toros tradicionales, una decisión respaldada por la presidenta Claudia Sheinbaum, pero rechazada por los defensores de esta tradición centenaria. La nueva legislación, que prohíbe herir o matar toros por diversión, se aplicará tanto dentro como fuera de las plazas de toros. Se permitirá una versión modificada de la tauromaquia, en la que los toreros deberán utilizar exclusivamente capotes, sin causar daño a los animales.
Con 61 votos a favor y solo 1 en contra, la ley define los límites de la “tauromaquia sin violencia”, estableciendo un tiempo determinado para que el toro permanezca en el ruedo y restringiendo el tipo de herramientas utilizadas en el evento. "Mi corazón siempre late por el bienestar de los animales", comentó Xóchitl Bravo Espinosa, una de las legisladoras que lideró esta iniciativa.
Sin embargo, Bravo Espinosa explicó que los legisladores intentaron encontrar un equilibrio, de modo que la tradición pudiera seguir existiendo, aunque de una forma transformada, permitiendo que aquellos que dependen de la industria taurina puedan continuar trabajando. Mencionó, por ejemplo, a los vendedores de material y comida alrededor de la Plaza México, la mayor plaza de toros del mundo, inaugurada en 1946, con capacidad para 42,000 personas.
Los defensores de la tauromaquia se mostraron enérgicamente en contra de la ley y protestaron frente al edificio legislativo de Ciudad de México. "Esto es solo el comienzo de nuestra lucha por la tauromaquia", expresaron en una declaración conjunta los grupos taurinos el mismo día de la votación.
Raúl Pérez Johnston, abogado de Tauromaquia Mexicana, una organización nacional taurina, señaló que aún quedan varios puntos pendientes sobre la aplicación de la ley, que se espera entre en vigor en los próximos días. Además, adelantó que se impugnará legalmente.
La Plaza México, en un comunicado previo a la votación, advirtió que esta propuesta es "una clara amenaza contra una de las tradiciones culturales más profundas de nuestro país". Aseguró que los cambios "desvirtúan completamente su esencia" y van en contra de los principios fundamentales de la tauromaquia.
El tema de las corridas de toros ya había generado un conflicto legal el año pasado, cuando un grupo de derechos humanos logró que un juez federal suspendiera temporalmente las corridas en la Plaza México. No obstante, la decisión fue apelada y la Suprema Corte de Justicia revocó la suspensión, permitiendo el regreso de las corridas en enero de 2024.
Aunque la práctica de la tauromaquia fue introducida en América Latina por España en el siglo XVI, la creciente oposición y las prohibiciones han ido en aumento en varias partes del mundo. Además de México y España, las corridas de toros continúan en países como Francia, Venezuela, Perú, Ecuador y Colombia, donde la prohibición no entrará en vigor hasta 2027.
Las primeras corridas documentadas en México datan de 1526, y aún existen más de 300 plazas de toros en el país. Sin embargo, desde 2013, cinco estados mexicanos han prohibido las corridas de toros. Este debate se ha convertido en un símbolo de la lucha cultural entre la tradición y las posturas modernas en defensa de los derechos de los animales.
Según la legislatura de Ciudad de México, en 2019 se mataron 168 toros en la Plaza México, lo que los defensores de la tauromaquia consideran un porcentaje mínimo en relación con todos los toros nacidos en el país. Además, argumentan que la industria taurina genera miles de empleos en México.
La nueva legislación establece que los toreros solo podrán utilizar los capotes tradicionales, el grande y el rojo, para atraer a los toros. También se limita a solo seis corridas por evento, y cada corrida individual no podrá durar más de 15 minutos.
Clara Brugada, alcaldesa de Ciudad de México, quien impulsó la opción sin violencia, celebró la aprobación de la ley. Sheinbaum también se mostró favorable a las corridas sin violencia, calificando el cambio como "un avance importante".
A pesar de que algunos grupos defensores de los derechos de los animales aplaudieron la medida, consideraron que no es suficiente. "La tauromaquia sin sangre es solo el comienzo", señaló Animal Heroes, la organización que en 2019 lanzó la campaña "México sin corridas de toros". Añadieron que seguirán luchando por su abolición total.
Bravo Espinosa anunció que en los próximos siete meses el gobierno de la ciudad publicará el nuevo reglamento taurino, que será diseñado con aportaciones de todos los sectores, para definir cómo se celebrarán los nuevos espectáculos taurinos.